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miércoles, 3 de febrero de 2016

MUJERES, SEXO, HISTORIA




Roberto Rosado Fernández                                                                                                                                                 Profesor UASD,  San Juan de la Maguana. 
   
Ellas existen con la sociedad misma, por venganza, falta de oportunidades, exclusión. Solo ha variado la forma de hacerlo tomando en cuenta que el estado mismo promueve estos comportamientos cuando permite que los anuncios se hagan con imágenes de mujeres incitando al sexo vulgar, las comedias por igual, novelas con escenas porno donde madre e hija y hermanas se disputan el mismo hombre, mediando dinero o desempeño de un puesto. Para combatir este mal o reducirlo a la mínima expresión hay que involucrar las instituciones, públicas y privadas en un solo propósito y dirigirlo a la generación de atrás a fin de que puedan servir de ejemplo a las que vendrán.
Los comportamientos futuros son generados por lo general por las acciones del presente. El pasado, con toda su secuela, constituye la base de los comportamientos del presente y son sujetos de reflexión para continuarlos si son buenos, moldearlos con las innovaciones y crear los que las generaciones futuras consumirán.

Hoy se habla mucho de lo que antes fuimos, denotando que el pasado fue mejor, pero no siempre es así, cada generación tiene sus características, esa es la dinámica de la sociedad que identifica a cada una de sus etapas. Lo lógico será asimilar lo bueno de hoy y de ayer para tratar de proyectar un mejor futuro.

Las mujeres alegres, han estado en cada estadio de la sociedad. Existieron las hordas promiscuas, en el paleolítico, en donde la mujer no era propiedad de nadie y el sexo, por esta razón no era privativo de nadie.

La apropiación del hombre de los bienes materiales coloco a la mujer en desventaja convirtiéndola en esclava domestica dependiente totalmente del poder masculino convirtiéndola , a su vez, en objeto servil de los caprichos del poder de los hombres tanto en el hogar como en las funciones del estado.
Al discurrir del tiempo, los moldeamientos de las sociedades y la inserción de la mujer en el mundo del trabajo, tanto formal como informal, le fue otorgando derechos que le crearon sensación de libertad, a veces exagerada, haciéndola asumir actitudes reñidas hasta con su propia moral.
Hay un acumulado de malos comportamientos que hoy se presentan como tragedia. Hijos violan a sus respectivas madres, hermanos procrean hijos con sus hermanas, padres violan a sus hijas y los hijos, producto de ese incesto asumen comportamientos tan agresivos que se tornan incorregibles en el” hogar “y la escuela lugares que deben garantizar la transmisión de valores que eviten aquellos comportamientos,

Tenemos mayores oportunidades para proyectar valores pero su uso no es el adecuado. Lo que se proyecta por las redes, la televisión y la radio es un producto no controlado, no dirigido a educar si no a promover anti valores con los cuales se manifiesta principalmente la juventud.
Si queremos ver menos mujeres ejerciendo la prostitución vulgar y exagerada, a la vista de todos , fortalezcamos la familia y la escuela, las instituciones del estado, controlemos el poder mediático que es una escuela de formación que abarca millones de kilómetros mas allá de la escuela formal y controlada y dura las 24 horas del día proyectando imágenes y conceptos pornográficos que enseñan más que un  millón de enseñantes sin descanso, hagamos que los que aspiran a dirigir el estado, en sus diferentes instancias, asuman el compromiso de introducir estos elementos en sus ejecutorias y de seguro que , en poco tiempo, estaríamos viendo disminuido ese flagelo que tanto nos preocupa en la actualidad.

Reducir la vagancia fomentando el mundo del trabajo y obligando a todo dominicano a hacerlo es, más que una solución urgente, una acción que generaría, junto al fomento de la producción tecnificada y bien comercializada, una sociedad diferente de la cual no nos podríamos arrepentir.

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